(EFE) – La inspiración de Karim Benzema devolvió al Real Madrid al liderazgo provisional de LaLiga, con una primera mitad de contundencia con doblete del punta francés y asistencia a Álvaro Odriozola, para castigar la especulación del Cádiz, antes de reservar fuerzas para lo que le espera a la vuelta de la esquina.
En pleno terremoto de la Superliga, el Real Madrid visitó uno de esos campos donde se presentan partidos desiguales pero que exigen entrega para ganarlos. La plaga de bajas madridistas costaron un empate en la dificultad en Getafe que no tuvo consecuencias en el Carranza. Los de Zidane no encontraron rival. Pese a jugar con una identidad diferente, con Benzema les sobra para volver a la pelea por el título.https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.453.0_en.html#goog_614580622about:blank
La figura del francés se engrandeció ante su trigésima quinta víctima. Un nuevo equipo al que endosó goles un delantero que ha pasado de ser señalado por portar el 9 a su espalda sin responder como goleador, a ser el gran referente.
Un Real Madrid sin Luka Modric ni Toni Kroos cambia su identidad irremediablemente. Dos futbolistas que han marcado el fútbol del equipo durante tantos años, ausentes el mismo día, con Zidane trasladando la plaga de bajas defensivas a la medular. No le tembló el pulso para dar la alternativa al canterano Antonio Blanco, firme en el mediocentro, y resucitar la defensa de cinco. Le salió bien.
El Cádiz fue un equipo roto que aguantó media hora. Sin Álex Fernández y Perea, dos jugadores claves. Con su entrenador con una idea clara para lograr la permanencia. Cervera no tiene problemas en admitir que su equipo es feo por defensivo. Ante un grande apostó por dos líneas juntas, con Negredo como una isla arriba. Luchando contra todos e inventando aún un pase a Jairo para que Courtois justificase su presencia con una cómoda parada. La única.
Era cuestión de tiempo. Con el peso del juego y la posesión blanca eterna. Apareció Rodrygo con velocidad, frenado con un agarrón a su camiseta de Jairo que Mateu Lahoz no interpretó como penal. Tres minutos después acudía a la revisión del VAR para ver un pisotón de Iza sobre Vinicius. Tras 25 jornadas sin una pena máxima, Benzema no perdonó. En el mismo rincón donde pateó los dos anteriores. Tan ajustado al palo que pese a que Ledesma adivinó su intención, no llegó a desviarlo.
El tanto fue una losa para un Cádiz que fue víctima de sus errores. De un penal evitable, con Vinicius derribado tras entrar atropellado al área, pasó a una perdida en salida de balón, castigada por un invitado al gol inesperado. La presión de Marcelo sobre Iza. El pase de zurda con música de Benzema, presente en todo, y el testarazo de Odriozola. Con más aire para respirar sintiendo su espalda cubierta por la presencia de tres centrales.
Sintió el Real Madrid el momento de sentenciar el encuentro para guardar fuerzas en el segundo acto. Con un calendario de locura, partidos cada tres días y batallas venideras para las que tiene que guardar fuerzas. Y apareció de nuevo Benzema, a placer, en el área chica, para mandar a la red un pase de Casemiro.
Quedaba poca historia por contar en la segunda parte, con dos equipos pensando en lo que les espera en la recta final de la temporada. Una final por seguir en la elite del Cádiz ante el Valladolid que provocó los cambios en masa de su técnico. Apareció el ‘Choco’ Lozano para perdonar, con cabezazo en el primer palo a pase de Jairo, el tanto de la honra. Zidane no fue menos y rotó. Recuperó para la causa a Dani Carvajal dos meses después, hizo debutar a Miguel Gutiérrez y lamentó la mala dinámica goleadora de Mariano que perdonó el cuarto.