RÍO DE JANEIRO — Los brasileños se recuperaban del Carnaval en los embriagadores días de febrero de 2020 cuando los primeros portadores conocidos del nuevo coronavirus volaron a casa desde Europa, sembrando la semilla de la catástrofe.

En Brasil, la nación más grande de América Latina, el virus encontró un terreno extraordinariamente fértil, lo que aceleró el brote que ha convertido a Sudamérica en el continente más afectado del mundo.

Recientemente, Brasil superó las 500.000 muertes oficiales por COVID-19, el segundo total más alto del mundo, por detrás de Estados Unidos. Alrededor de uno de cada 400 brasileños ha muerto a causa del virus, pero muchos expertos creen que la cifra real de muertes puede ser mayor. Con algo más del 2,7 por ciento de la población mundial, Brasil representa casi el 13 por ciento de las víctimas mortales registradas, y la situación en ese país no se calma.

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